viernes, 16 de abril de 2010

Poker y bluffing.


En el mundo del poker, ser honestos y decir siempre la verdad más que una virtud, pueden ser un defecto. Y para entender esto claramente sólo basta una sola palabra: bluffing.

Desafortunadamente para aquellos que se sonrojan con facilidad o que carecen de la capacidad de poner "cara de póker", ser un buen mentiroso puede conllevar a ser un buen jugador de poker. Nuestras apuestas pueden o no mostrar nuestras manos y que justamente no lo hagan nos puede brindar más éxitos que derrotas. Hacer creer a nuestros adversarios que tenemos la mejor mano de poker en la mesa para llevarnos un abultado bote, cuando sólo tenemos cartas para dejar todo y marcharnos a casa, es un habilidad que sólo los hombres de sangre fría pueden ostentar de tener.

Hacer un bluffing de esos bien gordos que ni nosotros mismos podemos creer que sea verdad nos deja con unas cosquillas en las entrañas y un exceso de adrenalina en el cuerpo que hasta podemos saborearla en la boca. La mesa nos mira con mezcla de asombro, miedo y respeto por estar frente a un crack de las cartas, mientras que en nuestro interior sabemos que de cartas nada y de cracks menos.

La honestidad aquí, de poco nos hubiera servido ya que si no hubiera sido por ese bluff, por esa mentira, nos habríamos ido a casa con las manos vacías.

Hay dos tipos de bluffs: el "cold bluff" y el "semi bluff".

El primero es aquel que haces cuando no tienes nada y aún así subes y subes el pozo para que tus contrincantes huyan despavoridos. Cuando ganas una mano así, la excitación es inconmensurable, pero recordemos que no siempre podemos usar una estrategia tan arriesgada, más bien la reservamos cuando nos enfrentamos a amateurs, ya que un profesional nos pillaría sin dificultad.

También puedes hacer lo contrario, es decir, puedes tener una buena mano pero apostar de menos para que tus oponentes crean que tienes poco. Lo ideal con esta situación sería que al mismo tiempo que tú vas de menos, tus oponentes se inflen y dejen la mayor parte de sus fichas sobre al mesa, así sí que daría gustito.

El "semi-bluff" es un poco más "honesto" que el primero, es decir, tienes una buena mano, pero aún no... mientras tanto metes fichas y cruzas los dedos para que las cartas que van a completar tu mano perfecta llegue por fin. Personalmente, creo que en este caso tienes que tener nervios de acero para poder aguantar con estoicismo hasta el river o el turn si es que el flop no te ha traído nada aún.

En cualquier caso, es fundamental conocer a nuestros oponentes y dosificar nuestros bluffs con moderación. Un bluff valiente en el momento incorrecto será un desperdicio de valor y, por tanto, una tontería. Si vas a contar una mentira, el primero que debe creérsela eres tú mismo; si para tí suena creíble lo que estás por decir, también lo será para el resto.

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